No es natural que ninguna esposa se someta a su marido porque cada fibra de su ser es simplemente «enemistad contra Dios … no está sujeta a la ley de Dios, ni puede serlo»
No es natural que ninguna esposa se someta a su marido porque cada fibra de su ser es simplemente «enemistad contra Dios … no está sujeta a la ley de Dios, ni puede serlo»